Durante los últimos años hemos expresado gran preocupación por las estadísticas vitales sobre causas de muerte que elabora nuestro Departamento de Salud. Un análisis de los datos de los años 2006 al 2008 presentan los mismos errores registrados en el 2005.
Los datos del 2006 reflejan tasas específicas de mortalidad para tumores malignos y diabetes tan bajas como las registradas en los años ’80, cuando la estructura de edad de la población era mucho más joven. De continuar esa “tendencia descendente” las enfermedades del corazón dejarán de ser nuestra principal causa de muerte. Es también preocupante que la enfermedad de Alzheimer no se encuentre en la lista de las 10 principales causas de muerte y que se refleje un aumento de un 120% en la tasa específica de mortalidad por enfermedad hipertensiva entre el 2007 y el 2008.
El Departamento de Salud respondió que la principal razón para las discrepancias en las estadísticas por causa de muerte para el año 2005 había sido el orden en que los médicos reportaron las causas en el certificado de defunción. No obstante, un análisis de las bases de datos de mortalidad disponibles para uso público contradijo tal conclusión. Nunca se debió responsabilizar a los médicos por los problemas con dichas estadísticas.
Es necesaria una revisión minuciosa de todas las estadísticas por causas de muerte para los años posteriores al 2004. La agencia debe asegurarse que las personas encargadas de velar por la calidad y consistencia de las estadísticas tengan la preparación y experiencia adecuada para cumplir cabalmente con sus funciones. De lo contrario, se continuarán cometiendo los mismos errores en el futuro.
Los problemas señalados se habrán de perpetuar mientras no se implanten las recomendaciones que el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico le hiciera al Departamento de Salud a raíz de un estudio publicado el pasado 3 de mayo de 2009. El no haber establecido medidas correctivas ha conducido a una mayor incertidumbre y desconfianza en las estadísticas de mortalidad. La utilización de datos erróneos podría traer consecuencias adversas para las agencias estatales y federales, los gobiernos municipales, investigadores y el público en general. Muchas investigaciones podrían verse comprometidas.
Recomendaciones:
1. No utilizar las estadísticas por causas de muerte elaboradas por el Departamento de Salud hasta tanto no se resuelva este asunto. Se recomienda la utilización de los datos elaborados por el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud de los Estados Unidos (NCHS, en inglés).
2. El Departamento de Salud debe aceptar las recomendaciones del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, principalmente la de revisar las estadísticas de mortalidad para asegurar su comparabilidad desde el año 2005 en adelante.
3. Detener la divulgación de las estadísticas de mortalidad para los años del 2005 en adelante hasta tanto no culmine la revisión de estos datos.
4. Que las estadísticas resultantes de esta revisión se conviertan en las estadísticas oficiales del Departamento de Salud de Puerto Rico.
5. Incluir en la revisión las estadísticas de las miles de defunciones que se dejaron de reportar durante esos años (aproximadamente 300 anuales).
6. Hacer público el informe al que hace referencia el comunicado del 26 de abril de 2010.
7. Identificar personal capacitado para el análisis de las estadísticas vitales con el propósito de mejorar su calidad y evitar futuros errores.
Por: Raúl Figueroa y Judith Rodríguez, Demógrafos
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