El perfil de estos empleados indica que muchos se encuentran entre los 30 y los 40 años de edad, con una preparación académica elevada y comenzando una familia. Con todo respeto al señor Gobernador, aunque todo trabajo dignifica, estas personas con bachillerato o maestría no estudiaron para limpiar escuelas, ni para trabajar en construcción o vender comida en restaurantes de comida chatarra.

Estos empleados devengan más que el salario mínimo, por lo que dejaran de pagar hipotecas, entregaran sus carros y en muchos casos buscaran en otros países lo que Puerto Rico no les puede proveer. Es obvio que las personas responsables de esta decisión no saben nada de demografía, de sociales y me cuestiono si realmente saben algo de economía. Nos estamos arriesgando a perder gran parte de la fuerza trabajadora más preparada en la isla. Todo por un gobierno con finanzas estables, pero con un pueblo emocionalmente en crisis.

Raúl Figueroa Rodríguez

Demógrafo